lunes, 26 de septiembre de 2011

USO EN COMBATE



La ametralladora calibre .50 Browning M2 es usada en diversas funciones:
1.   La M2HB tiene un modo de fuego automático que se activa al girar hacia abajo el retén del cerrojo. Cuando este ha sido girado hacia arriba, dispara en modo semiautomático. Un ametrallador experimentado puede disparar tiro por tiro incluso cuando el arma está en modo automático.
2.   El mecanismo de elevación y rotación del trípode permite una puntería precisa, al elevar y rotar el arma hasta que el blanco esté en la mira.
Usando la mira telescópica Unertl de su fusil de francotirador Winchester Modelo 70 calibre .30-06 (7,62 x 63) y una montura de diseño propio, Hathcock pudo rápidamente convertir la ametralladora M2 en un fusil semiautomático que alcanzaba con precisión blancos situados a más de 2286 metros (2500 yardas)- dos veces el alcance del fusil de francotirador Winchester. El éxito de la M2 en esta nueva función dio inicio al desarrollo de fusiles de francotirador, generalmente de cerrojo, diseñados para disparar el mismo cartucho.
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos utilizaban la M2 como armamento principal fijo en aviones y como arma antiaérea (en tierra y montada en una amplia variedad de vehículos). Técnicamente aún estaba en servicio como arma antitanque, como originalmente había sido designada. En la mayoría de los vehículos, fue instalada en una posición que solamente permitía su uso como arma antiaérea. Las tropas modificaban los afustes de sus vehículos, especialmente en los tanques y cañones autopropulsados, para que pudiera ser utilizada como arma de apoyo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la M2 tuvo un uso limitado dentro de las fuerzas de la Commonwealth, a pesar de ser el armamento estándar de vehículos blindados de origen estadounidense tales como el M4 Sherman o el M10 Wolverine, que fueron empleados por unidades británicas, canadienses, australianas y neozelandesas a partir de 1942 en adelante.
Los comandantes de tanques de la Commonwealth solían descartar esta ametralladora debido a tres factores. En primer lugar, era un arma antiaérea y la superioridad aérea de los Aliados la hacía innecesaria; en segundo lugar, para emplearla contra blancos en tierra el comandante del tanque debía salir de la torreta, exponiéndose así al fuego enemigo. Finalmente, sobre todo en Italia, se observó que el arma solía enredarse en las ramas de árboles bajos y enredaderas, siendo un potencial peligro para la cabeza y cara del comandante.

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